Los tránsitos por Piscis y el regreso a la unión en un todo

Por Glou Studio

Los tránsitos por Piscis y el regreso a la unión en un todo

Piscis es el signo que nos anima a conectar con algo más allá de nosotros; la grandeza de la vida. Cuando hay planetas transitando por Piscis, las formas pueden volverse difusas, no se pueden definir ni medir de forma tangible. Se intensifica un proceso de entrega a lo desconocido y de fortalecer nuestra confianza y conexión con algo más grande. Dado que Piscis no conoce límites, su energía puede resultar abrumadora y nublar nuestro sentido de dirección, aunque también puede aportar momentos de claridad y sencillez en medio del remolino, así como conexión con la belleza e instancias de amor en nuestro día a día.

Hasta la primavera de 2025, tendremos dos planetas transitando por Piscis:

Saturno (7 de marzo 2023- 24 mayo 2025): reglas y estructuración; restricciones y limitaciones; la realidad tal como es; la responsabilidad; y donde enfrentamos a sanar nuestros miedos.

Neptuno (4 abril 2011-30 marzo 2025): el planeta regente de Piscis que representa la totalidad, la unidad de la vida y fusión con el todo, dónde el ego se disuelve; la sensibilidad, la reconciliación, y la expresión artística.

Aunque ambos planetas nos llevan a navegar las aguas piscianas, el viaje puede parecer un penduleo entre la energía y los aprendizajes de cada tránsito.

Saturno en Piscis nos hace enfrentar nuestros miedos más profundos del inconsciente. Las estructuras y nuestra idea de la realidad como es se disuelve, junto con la seguridad que nos daban estas estructuras y la zona de confort en la que estábamos. Puede que nos sintamos sin arraigo, que volteamos a buscar de dónde agarrarnos para sentir dirección y propósito. Saturno pone a prueba nuestra fe y fuerza para confiar en la vida, lo desconocido, y abrirnos a las infinitas posibilidades y expansión. Nos pone a prueba de no tratar de controlar las cosas desde el miedo de perder la seguridad, sino inspirarnos a través del sentir y la empatía hacia las vivencias de los demás y las luchas colectivas. Nos reta a soltar el egocentrismo y sentir la conexión entre las cosas y que todos somos parte de uno todo, así asumimos nuestra responsabilidad y poner nuestro granito de arena.

Por otro lado, Neptuno en Piscis nos genera un sentido de urgencia de conectar con la magia y lo más allá para sentir paz. La energía de Neptuno nos acompaña en nuestro proceso de reconciliación con nosotras mismas y con los demás. Desde la autocompasión, entramos en un proceso de sanación profunda de heridas de la infancia que hemos dejado desatendidas y están resurgiendo.

Neptuno en Piscis activa al soñador interior y nos pide que soñemos a lo grande. Sin embargo, como Neptuno es el regente de Piscis, este proceso se intensifica y podemos sentir que se abren de golpe las compuertas emocionales. Podemos reconocer y entender mejor nuestras emociones a través de vías creativas y artísticas, y darle prioridad a nuestra práctica meditativa que permita el autodescubrimiento y la conexión emocional.

Aunque durante este tránsito empatizamos cada vez más con los demás, es importante proteger y honrar nuestra energía y establecer límites con situaciones y personas que nos puedan agotar, ya que nos volveremos muy sensibles a lo que están viviendo los demás a nuestro alrededor y en el mundo (en el mundo pisciano, no hay fronteras; la situación del otro también es mía).

Neptuno nos permite ver la belleza y aprendizaje en todo proceso; trae magia a nuestras vidas y resalta la interconexión de todo. Tal vez lleguemos a sentir que realmente no hay coincidencias, que todo es perfecto, y que se despertó una sabiduría interior que viene de un lugar más profundo.

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