Figura VI: invernar para renacer

Por Glou Studio

Estamos aterrizando de un proceso de expansión acelerada y claridad recién adquirida. A medida que integramos esta consciencia, estamos listas para dar un salto cuántico hacia nuestra transformación, de una vez liberándonos y desprendiéndonos de lo viejo y obsoleto.

Este invierno (Figura VI), liberamos la energía vieja y estancada a la Tierra para que se regenere.  Nos despegamos de estructuras, patrones, y situaciones que nos limitan.  Es momento de soltar para alinearnos a nuestra verdadera esencia. 

El solsticio de invierno marca el inicio de un proceso de revisión y reestructuración de nuestro sistema interno y de autocuidado en un momento de penumbra. Nos entregamos a un periodo de hibernación y oscuridad simbólica para que emerja nueva luz.

La sabiduría ancestral a través del tiempo y las tradiciones honra el ciclo de la muerte y el renacimiento. En momentos de oscuridad es cuando nos alineamos con nuestra verdadera naturaleza, nuestro propósito, y cultivamos la semilla de la transformación. El silencio del invierno purifica todo ruido y sostiene la introspección. Empezamos a diseñar nuestros futuros soltando la visión tradicional. 

De la inacción surge la acción. De la oscuridad surge la primera luz. Solo desde la muerte renacemos.  Lo que es un fin, es también un nuevo comienzo.

Reflexionamos sobre todo lo que hemos cambiado y logrado este año, y le entregamos a la Tierra lo que falta soltar. Tomamos una pausa y respiramos antes del acelere de la primavera. Es el momento de cultivar una nueva visión de nosotras mismas que nos permita crear desde un nuevo lugar en colectivo.

Durante el proceso de la Figura VI, Urano y Júpiter salen de retrógrado en Tauro. Después de una temporada de revalorar nuestra relación con lo material, retomaremos nuestro trabajo y relación con el dinero con más perspectiva y congruencia. Ahora lo que valoramos no sólo nos dará estabilidad, también nos aportará libertad. La manera en la que canalizamos nuestros recursos nutrirá la regeneración de nuestro Ser, de la humanidad y de la Tierra.

La luna llena en Cáncer del 26 de diciembre trae energía de amor propio y apapacho. Nos permitimos la libertad de sentir y observar nuestras emociones sin juzgar. Al cuidarnos y ser amorosos con nosotras mismas, nos conectamos con nuestras necesidades emocionales que serán la base para construir nuevas estructuras y rutinas para el crecimiento personal en 2024.

La luna nueva en Capricornio del 11 de enero es un buen momento para reconocer nuestra nueva identidad. Ya soltamos nuestra versión anterior, las estructuras y sistemas que impiden nuestro crecimiento. Es un gran momento para empezar a crear las nuevas estructuras que nutren nuestra expansión y a la vez sirven como fundación para construir sobre nuestra verdadera identidad. 

La luna llena en Leo del 25 de enero enciende nuestro lado juguetón, pasional, y optimista. Celebramos nuestra individualidad, nuestra chispa de vida. Es un momento para recordar lo que nos trae gozo y felicidad, dónde sentimos que brillamos y nos sentimos más vivas en nuestra auto-expresión.  ¿Qué me apasiona? ¿Qué puedo hacer para conectar con mi joie de vivre? ¿Cuándo siento que brillo y que soy libre? Durante esta luna, reflexionamos sobre los aspectos de nuestra creatividad que han evolucionado, en dónde reside nuestra inspiración, qué nos enamora en la vida. Con esta reflexión nos revitalizarnos y regresamos a nuestra naturaleza creativa en conexión con nuestra niñez interna.

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